Las infancias y el celular: una interacción que puede ser problemática

Quienes nacimos antes del año 2000 vivimos una infancia muy distinta a la de generaciones posteriores. Interactuábamos personalmente con otros niños y niñas. Jugábamos diariamente en la vereda, en parques y plazas. Compartíamos juguetes, muñecas, autitos y soldaditos. Corríamos y saltábamos al aire libre con otros amiguitos.

Las maneras de entretenernos eran infinitas y estaban determinadas por el vínculo con un otro. Bastaba con tocar el timbre de las casas vecinas para que todos salgan a jugar. A la escondida, la mancha, el elástico y la rayuela. A las canicas o las figuritas. Todo lo hacíamos con otros, en una relación pareja que nos nutría mutuamente y se reinventaba cada día. Porque no teníamos Celulares.

Es probable que si contamos esto, las infancias de hoy no lo comprendan. ¿Una niñez sin dispositivo móvil? ¿Cómo se comunicaban? ¿Cómo organizaban un encuentro o invitaban a un amigo a jugar? ¿No jugaban juegos online? ¿Qué hacían antes de dormir sin celular? Sin dudas estos aparatos han modificado profundamente la niñez y no siempre para bien.

El efecto de los celulares en el desarrollo de niños y niñas

A diferencia de la nuestra, la infancia actual está atravesada por la tecnología de los celulares Samsung en oferta. La mayoría de los niños y niñas cuentan con un celular, computadora o tableta propios. O tiene acceso permanente a los dispositivos de sus padres. Y muchas veces éstos los utilizan para mantenerlos ocupados. Como niñeras tecnológicas que los entretienen el tiempo que los adultos necesitan.

Tanto que cuando llega el momento de elegir un regalo, ocupan los primeros puestos en las ventas. Miles de padres buscan celulares Samsung Perú ofertas para satisfacer el deseo de sus hijos. Pero también su propia necesidad. Los niños quieren tener teléfonos móviles cada vez a más temprana edad. Y los adultos a cargo lo ven como un recurso valioso para reemplazar su presencia o atención.

Pero esto no es gratuito. El abuso de la tecnología y la excesiva exposición a las pantallas pueden producir efectos negativos durante los primeros años. Puede provocar daños en términos de desarrollo integral, crucial en esa etapa de la vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) realiza investigaciones al respecto. Y recomienda reducir el tiempo de los pequeños frente a celulares y televisores.

Los resultados obtenidos hasta el momento por la OMS determinan consecuencias problemáticas. Indican que pasar un tiempo prolongado frente a dispositivos tecnológicos está incidiendo en el desarrollo de los más pequeños. Del mismo modo, el acceso ilimitado a internet afecta diferentes áreas de la mente de las infancias.

El sueño

Los estudios demuestran que el efecto más visible tiene que ver con los patrones del sueño. Que el tiempo frente a las pantallas de celulares baratos y en internet disminuye las horas de descanso de los infantes. Y que la exposición excesiva a esa estimulación les impide descansar adecuadamente.

Las habilidades sociales

Otra consecuencia del exceso de uso de celulares baratos perú es la ralentización del desarrollo de las habilidades sociales. A diferencia de las generaciones que crecimos sin tecnología, les cuesta concretar vínculos. Desarrollar habilidades sociales para establecer relaciones amistosas. El tiempo que pasan detrás de las pantallas los convierte en individuos retraídos. Que están solos en un cuarto interactuando con un móvil.

Las afecciones físicas

Las afectaciones también son físicas. Durante horas manipulan el Smartphone en una misma posición. El cuerpo sentado o acostado prolongadamente se vuelve propenso a aumentar de peso. Sostener el dispositivo muchas horas, genera dolores y daños en los músculos y articulaciones de las manos. Que derivarán en tics cuando sean adolescentes o adultos.

Los ojos obviamente también sufren los embates del uso de la tecnología. La permanente exposición a los dispositivos afecta la vista de todos los usuarios. El resplandor azul de las pantallas incide en lo visual.

Limitar el uso de dispositivos para minimizar daños

Con frecuencia se habla de ponerles límites a los chicos. Pues bien, el uso de la tecnología también requiere de ellos. Es imperioso que los adultos a cargo estipule horas de uso para disminuir los efectos negativos. Y no hablamos de prohibirle los dispositivos, porque bien utilizados pueden ser herramientas beneficiosas.

Busquemos promociones samsung celulares y regalémosle un móvil a nuestro hijo. Pero al momento de dárselo, indiquémosle un tiempo de uso. Señalémosle la cantidad de horas que lo puede usar por día. Y los momentos en que puede hacerlo. Pero también expliquémosle por qué. Informemos al pequeño sobre los daños que puede hacerle no respetar esos límites. No por nosotros, por él.

Por ejemplo, podemos otorgarle un uso a modo de premio o ganancia por meta cumplida. “Podés usarlo una hora cuando termines de hacer la tarea”. Y poner un límite al ocio tecnológico. “Podés ver un capítulo de tu serie favorita, y sólo uno, después de cenar”. Pero que no pueda llevarse el celular a la habitación. Porque allí perderemos el control.

Supervisar el uso y controlar los contenidos

La compra y venta de celulares trae consigo otro peligro. Los contenidos a los que están expuestos los niños. Y los vínculos maliciosos que pueden establecerse a través de internet. Existen muchos contenidos que no son ni apropiados ni saludables para su edad. Y existen personas, niños o adultos, que pueden agredirlos o acosarlos.

Está visto que los niños y niñas de hoy tienen las habilidades técnicas para manipular la tecnología. Pero no cuentan con la madurez suficiente para controlar o analizar lo que sucede en el ámbito virtual. No tienen el criterio ético y moral de los adultos. Ni su capacidad de análisis respecto de determinadas situaciones que pueden suceder en el entorno digital.

Los especialistas recomiendan la supervisión permanente de un adulto. Indican que el entorno digital debe considerarse como entorno social. Un ámbito en el que no se puede dejar solos a los niños. Hay que acompañarlos y supervisarlos. Ver cómo, dónde y con quienes interactúan. Y detectar, anticipar y prevenir cualquier situación que revista peligro para el infante.