El hard fork más esperado de Ethereum, Constantinopla, que había sido programado para finales de octubre, pero se retrasó por problemas técnicos, ya tiene nueva fecha de lanzamiento.
Durante la reunión quincenal del equipo de desarrollo de código abierto de Ethereum, que se llevó a cabo el pasado 7 de diciembre, los desarrolladores acordaron realizar la bifurcación en el bloque 7,080,000 de la Blockchain de Ethereum.
Según los cálculos basado en los tiempos actuales de generación de bloques, esto podría tomar alrededor de 38 dás, lo que significa que la fecha de actualización del código de Constantinopla sería entre el 14 de enero y el 18 de enero de 2019.
El retraso de Constantinopla se debió al lanzamiento fallido de la actualización del código en la red de pruebas de Ropsten. Este problema fue denominado por los desarrolladores como «consenso fallido».
Este problema originó la congelación de la cadena de bloques de testnet por casi dos horas en el bloque número 4,299,999, en tan sólo un bloque antes de la activación planificada. Los desarrolladores principales tuvieron una reunión luego de una semana y decidieron arreglar los errores en el código y actualizaron la fecha de lanzamiento.
La actualización de código propuesta tendrá cinco propuestas de mejora de Ethereum, que serán incompatibles con la versión actual de la cadena de bloques de Ethereum.
Entre estas mejoras están, la demora de implementación de la bomba de dificultad Ethereum por otros 18 meses, reduciendo las recompensas de generación de bloque de minería del 3 ETH actual, a 2 ETH, y la implementación ProgPoW, que es un anti actualización de ASIC.
Los desarrolladores discutieron acerca de las actualizaciones próximas de código, entre ellas, Ethereum 1x, que está programada para junio de 2019.
En la reunión, los desarrolladores decidieron que todas las reuniones futuras sobre la actualización de Ethereum 1x, se transmitirán en vivo y se grabarán para aumentar la cobertura y responsabilidad.
Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, recibió hace poco un doctorado honoris causa de la Universidad de Basilea, en Suiza, por sus «notables logros en el campo de las criptomonedas, los contratos inteligentes y el diseño de instituciones».