Masterhacks – El software Pegasus, fabricado por la empresa de espionaje israelí, NSO Group, consiste en un sistema similar al jailbreak, que libera al dispositivo para que fuentes externas puedan instalar aplicaciones y modificar datos del dispositivo.
Las búsquedas sobre este software se dispararon en las últimas horas debido al artículo del The New York Times donde afirma que el gobierno mexicano utiliza dicho malware para espiar a periodistas y defensores de derechos humanos.
Pegasus es una sofisticada herramienta de hackeo, que se ofrece a gobiernos e instituciones, por un millón de dólares, y que ha servido para supuestamente espiar a ciudadanos y personajes públicos.
Este software se instala en teléfonos inteligentes y otros dispositivos, por medio de un mensaje con un enlace, que al darle clic, se otorga el acceso a llamadas, mensajes, correos electrónicos y toda la información que se tiene en el dispositivo.
“Cuando una persona es atacada con Pegasus, recibe un mensaje SMS en su teléfono, el cual contiene un texto que busca persuadirlo de hacer click en un enlace infeccioso, haciéndose pasar por una noticia, un aviso o el mensaje de un familiar o amigo. Si la persona hace click en el enlace, su teléfono recibe inadvertidamente un software malicioso que permite al atacante, entre otras cosas, tener acceso a todos los archivos guardados en el dispositivo, así como controlar la cámara y el micrófono del celular”, dice el diario estadounidense.
Al instalarse en el smartphone, Pegasus tiene acceso a llamadas, mensajes de texto, iMessages, recibir video en directo de apps como FaceTime y Skype, correos electrónicos, cámaras y micrófonos, etc.
Lookout afirma que el malware también se puede configurar para rastrear elementos de forma periódica y enviar la información cada cierto tiempo.
La información se transfiere con un buen nivel de cifrado, para que no se pueda detectar al espía y no se pueda evitar el envío de la información.
Luego de cuestionar a la empresa que vendió el software a México, afirmó que sólo se vende para investigar a criminales y terroristas, y no se hacen responsables por otros usos que se le de al mismo.