El regulador italiano de la competencia anunció ayer que multará a Apple por 10 millones de euros y a Samsung con 5 millones por ralentizar de forma deliberada sus teléfonos.
Esta decisión forma parte de la obsolescencia programada, una práctica de distintas compañías para limitar la vida útil de un aparato en determinado tiempo con el fin de que el consumidor adquiera otro nuevo.
Ambas compañías están acusadas de reducir deliberadamente la velocidad de sus dispositivos más viejos.
«Las compañías del grupo Apple y del grupo Samsung aplicaron prácticas comerciales deshonestas», informó la autoridad italiana.
Según la organización, «las actualizaciones de los sistemas operativos en los viejos modelos de Apple y Samsung, provocaron graves fallas y redujeron de forma significativa sus prestaciones, acelerando así su sustitución».
Específicamente, Samsung provocó la ralentización del modelo Note 4 al persuadir al usuario a instalar una nueva versión de Android, pensada para el modelo más reciente Note 7, como consecuencia de la actualización, el dispositivo se vuelve muy lento.
Por otro lado, Apple liberó la versión de iOS pensada para el iPhone 7 a los usuarios de iPhone 6, provocando los mismos problemas.
La autoridad italiana sancionó a Apple también por no informar correctamente a los usuarios sobre las características de sus baterías de litio, particularmente, su tiempo medio de vida y cómo mantenerlas.
Por otro lado, la fiscalía de París abrió una investigación contra Apple en enero, por sospechas sobre obsolescencia programada.
En Estados Unidos, el ministerio de justicia y la comisión de bolsa y valores, abrieron una investigación por el presunto incumplimiento de las reglas bursátiles por la ralentización de algunos iPhone.
Muchos usuarios se quejaron en diciembre de 2017 por la ralentización de los dispositivos de Apple, la compañía reconoció que lo hacía deliberadamente en algunos modelos para «prorrogar su tiempo de vida» y evitar que se apagaran repentinamente.