Piotr Levashov, el pirata informático ruso extraditado de España a Estados Unidos a inicios de 2018, se declaró culpable hoy por varios delitos de fraude y ataques informáticos que se el imputaron en un tribunal federal, por lo que la cartera de justicia agradeció a las autoridades españolas.
Levashov aceptó su culpabilidad en cuatro cargos relacionados con dichas actividades, incluyendo suplantación de identidad y daños en computadoras protegidas, según un comunicado del Departamento de Justicia.
En un principio, el hacker fue acusado de 14 delitos informáticos, por los cuales no se declaró culpable el pasado mes de febrero, luego de ser extraditado por las autoridades de Madrid.
Luego, Brian Benczkowski, responsables del grupo criminal de justicia estadounidense, alabó a las autoridades españolas por la coordinación internacional que hubo en el proceso por el que Levashov fue detenido en Barcelona en abril de 2017.
«Estamos muy agradecidos con las autoridades españolas por su arresto previo y extradición. La declaración de culpabilidad de hoy refuerza la colaboración del departamento con nuestros socios internacionales para traer a los cibercriminales ante la justicia, estén donde estén», dijo el funcionario.
La sentencia contra el hacer en el tribunal federal de Connecticut será dictada el próximo 6 de septiembre de 2019.
Levashov fue descrito por el Departamento de Justicia de Estados Unidos como «uno de los capos del correo basura más notorios del mundo», ya que fue capaz de enviar hasta 250,000 mensajes en tan sólo un año, según informa la Fiscalía de Estados Unidos en su escrito de acusación.
El hacker ruso enviaba grandes cantidades de correos basura para dañar equipos informáticos e infectarlos con un ransomware que bloqueaba la información de los usuarios y pedía dinero a cambio de liberar sus datos.
En el escrito de acusación del Gobierno de Estados Unidos, se acusó a Levashov de haber creado Kelihos, una red de ordenadores infectados conocida como «botnet», que permitía a los piratas controlar los equipos informáticos sin el consentimientos de sus dueños.
De este modo, los atacantes lograban robar direcciones de correo electrónico, nombres, contraseñas e información financiera.