Masterhacks – El famoso hacker colombiano Andrés Sepúlveda, confesó que en el año 2012 dirigió a un equipo de expertos informáticos que “robaron estrategias de campaña y manipularon los medios sociales para crear falsas oleadas de entusiasmo y burla” en contra de los contrincantes del entonces candidato del PRI a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto.
Los hackers al mando de Sepúlveda instalaron software espía en los equipos dentro de las oficinas de los candidatos rivales para ayudar a que Peña ganara la presidencia.
Sepúlveda concedió una entrevista a la revista Bloomberg Businessweek, en la que aseguró que hackeó los teléfonos, clonó páginas web y envió correos electrónicos masivos, además de realizar «intercepción digital, ataque descifrado y defensa».
El hacker detalló que su equipo instaló software malicioso en los routers de la sede del candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, lo que le permitió espiar los teléfonos móviles y ordenadores de cualquier persona que estuviera conectada a la red. Hizo lo mismo con la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota.
“Cuando los equipos de los candidatos [de oposición]preparaban sus discursos políticos, Sepúlveda tenía los detalles tan pronto como los dedos de un redactor de discursos golpean el teclado. Sepúlveda sabía de las próximas reuniones de los oponentes [de Peña Nieto]y los horarios de campaña antes de que sus propios equipos lo supieran”, dice la publicación de Bloomberg.
“El dinero no era un problema. En un momento dado, Sepúlveda gastó 50 mil dólares en software ruso de gama alta que hizo un trabajo rápido para intervenir teléfonos de Apple, BlackBerry, y Android. También usaron los mejores perfiles falsos de Twitter que habían sido mantenidos durante al menos un año, dándoles una pizca de credibilidad”, se lee.
Sepúlveda afirma que logró que miles de perfiles falsos se utilizaran para dar forma a las cuentas acerca de temas como el plan de Peña Nieto sobre poner fin a la violencia del narcotráfico.
Además, contaba con más de 30,000 robots en Twitter, así como posteadores automáticos en otras redes sociales que publicaban atacando a su rival López Obrador.
“Casi cualquier cosa de las artes oscuras digitales se podrían ofrecer a la campaña de Peña Nieto o a sus importantes aliados locales”, afirmó Sepúlveda.
Andrés Sepúlveda afirma que estaba en la nómina de Juan José Rendón, consultor político con sede en Miami, pero éste afirma que no tiene nexos con el hacker para ningún asunto ilegal.
El hacker dijo a Bloomberg que la noche del 1 de julio de 2012, estando en su departamento en Bogotá, se dedicó a destruir pruebas que podían incriminar a Peña Nieto sobre el espionaje contra los candidatos opositores.
Para más detalles, afirmó que perforó memorias flash, discos duros y teléfonos celulares, mismos que metió a un horno de microondas y luego rompió con un martillo.
También destruyó documentos que se encontraban eliminados en servidores alquilados anónima mente en Rusia y Ucrania, mismos que fueron pagados con bitcoins.
“Él estaba desmantelando lo que dice era una historia secreta de una de las campañas más sucias de América Latina en los últimos tiempos”, dice la entrevista.
Actualmente Sepúlveda se encuentra cumpliendo 10 años de prisión por cargos que incluyen actos de delincuencia cibernética, como uso de software malicioso, espionaje y demás actos relacionados con las elecciones presidenciales de Colombia en 2014.
Sepúlveda accedió a contar todo a Bloomberg “con la esperanza de convencer al público de que está rehabilitado y recolectar ayuda para reducir su sentencia”.
Afirmó que aún contando con un presupuesto de 600 mil dólares, el trabajo para Peña Nieto fue muy difícil, siendo «la más compleja» de las campañas en las que ha trabajado.
“Mi trabajo consistía en hacer acciones de guerra sucia y operaciones psicológicas, propaganda negra, crear rumores, el lado oscuro de la política que nadie sabe que existe, pero todo el mundo puede ver”, afirmó.
“Una persona que trabajó en la campaña en México, que pidió no ser identificado por temor a su seguridad, confirmó sustancialmente las cuentas de Rendón y de los roles que Sepúlveda tuvo en la elección”, dice el reportaje de Bloomberg.
Sepúlveda afirmó que para la campaña de EPN reunió a 15 hackers que trabajaban en casas y apartamentos alquilados en Bogotá. Contaba con un grupo rotativo proveniente de toda América Latina. Afirma que los brasileños desarrollan el mejor software malicioso, mientras que los venezolanos y ecuatorianos son muy buenos en sistemas de escaneo y software de vulnerabilidades. Por otro lado, asegura que los argentinos son «artistas» para interceptar teléfonos celulares.
Hablando de los mexicanos, afirma que son piratas informáticos «magistrales» si no hablan demasiado, dice que solo los contacta en casos de emergencia.
“En México, el dominio técnico de Sepúlveda y la gran visión de Rendón para una máquina política despiadada, llegaron a cuajar del todo, alimentada por los enormes recursos del PRI. Los años bajo el mandato del presidente Felipe Calderón y el Partido Acción Nacional se vieron afectadas por una guerra contra los cárteles de la droga […].
A medida que se acercó el 2012, el PRI ofreció la energía juvenil de Peña Nieto, que acababa de terminar un término exitoso como gobernador”, se puede leer en el reportaje.
“A Sepúlveda no le gustaba la idea de trabajar en México, un país peligroso para la participación en la vida pública”.
Sin embargo, en 2008, Rendón convenció a Sepúlveda para que volara en su avión privado, por lo que trabajó en Tabasco, hackeando a un jefe político que resulto estar vinculado con un cártel del narcotráfico.
“Después, el equipo de seguridad de Rendón supo de un plan para matar a Sepúlveda, quien pasó una noche dentro de una Suburban blindada antes de regresar a la Ciudad de México”, afirma Bloomberg.
Bloomberg consultó a un portavoz del PRI, quien dijo que el partido no tenía conocimiento de que Rendón estuviera trabajando para Peña Nieto o cualquier otra campaña del PRI.
Pero Rendón afirma que ha trabajado para los candidatos del PRI en México desde hace 16 años, desde agosto del 2000 hasta la actualidad.