El FBI solicitó ayuda a Apple para desbloquear dos iPhone que pertenecían a Mohammed Saeed Alshamrani, el aprendiz de la fuerza aérea saudita que presuntamente asesinó a tres personas en la Estación Aérea Naval de Pensacola en diciembre.
En una carta enviada al asesor general de Apple y obtenida por NBC, el FBI dijo que los investigadores «están participando activamente en los esfuerzos para adivinar los códigos de acceso relevantes, pero hasta ahora no han tenido éxito».
El FBI tiene permiso de la corte para acceder a datos en los iPhone, pero ambos están protegidos con contraseña. Apple afirmó en un comunicado que ha estado cooperando con la investigación del gobierno.
Este caso es similar a la disputa legal de Apple contra el FBI en 2016, donde el Departamento de Justicia intentó obligar a Apple a construir una puerta trasera que hubiera pasado por alto el cifrado en un iPhone que pertenecía a Syed Farook, quien con su esposa, Tashfeen Malik, disparó y mató a 14 personas en San Bernardino, California, en diciembre de 2015.
Apple argumentó que no podía acceder al iPhone 5C del tirador debido al cifrado del dispositivo, pero el FBI buscó una orden judicial que hubiera obligado a Apple a reelaborar su software para evitar el cifrado. Apple dijo entonces que «establecería un precedente peligroso» si se ve obligado a cerrar uno de sus productos.
El gobierno finalmente abandonó el caso cuando desbloqueó el iPhone con la ayuda de un tercero no identificado. Después, se reveló que el FBI gastó más de un millón de dólares para hackear el dispositivo.