Glenn Greenwald es acusado de pirateo por fiscales brasileños

El periodista y cofundador del sitio web de noticias, The Intercept, Glenn Greenwald, fue acusado por delitos cibernéticos relacionados con la piratería de teléfonos de altos funcionarios del gobierno en Brasil.

Junto a Greenwald, también fueron acusadas otras seis personas. En una declaración oficial, el servicio de la fiscalía brasileña aseguró que el periodista participó y alentó el pirateo de intercambios entre figuras gubernamentales de alto nivel por medio del servicio de mensajería Telegram, relacionado con la operación Car Wash, la mayor investigación de corrupción en Brasil hasta la fecha.

Los investigadores lograron el arresto del ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, quien presentó una amenaza a la elección del actual titular, Jair Bolsonaro. El caso de Lula fue manejado por un ex juez, Sergio Moro, quien luego fue nombrado ministro de justicia por Bolsonaro. El funcionamiento interno de Car Wash se expuso en los mensajes filtrados, arrojando dudas sobre la conducta de Moro y el posible sesgo político al trabajar en el caso de Lula.

Los intercambios de Telegram están vinculados a la extensa serie de informes de The Intercept que cuestiona la ética y los métodos empleados por le grupo de trabajo anticorrupción, que comenzó en junio de 2019.

Los cargos de Greewald han generado todo tipo de controversia, ya que la policía federal brasileña afirmó en diciembre que no podía encontrar ninguna evidencia de irregularidades en el modus operandi del periodista.

Sin embargo, las últimas acusaciones presentan una versión distinta del caso. Al tiempo que aceptan el derecho de un periodista a informar sobre filtraciones relacionadas con el caso de corrupción, los fiscales argumentan que Greenwald era parte de una «organización criminal» y «ayudó, alentó y guió» a los hackers a obtener los historiales de chat de Telegram.

Las afirmaciones de los fiscales acerca de la actividad de piratería supuestamente relacionada por Greenwald, quien no fue investigado, se basan en el análisis de una computadora que se encontró en la casa de uno de los piratas informáticos. El MacBook, según la declaración de los fiscales, contenía una grabación de audio con una conversación entre el periodista y uno de los piratas informáticos sobre los mensajes interceptados.

Según los fiscales, Greenwald les dijo a los hackers que eliminaran los mensajes robados que le enviaron, para cubrir sus huellas y reducir la posibilidad de responsabilidad penal. En julio de 2019, cuatro hackers fueron arrestados en relación con el caso de Telegram. Según los documentos judiciales, el grupo usó un truco de piratería relativamente desconocido para vincular las cuentas de Telegram de las víctimas a sus teléfonos.

Las últimas acusaciones contra Greenwald fueron bien recibidas por los partidarios de Bolsonaro, que describieron a los periodistas como «una especie en extinción», y también provocaron la indignación y muchas reacciones de los partidarios de la prensa libre.

La Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación declaró que «la acusación contra Greenwald se basa en una interpretación distorsionada de las conversaciones del periodista como su fuente en ese momento y tiene el único propósito de avergonzar al profesional, lo cual es muy grave».

Este caso también ha provocado reacciones de las principales figuras del gobierno: el presidente de la Cámara Baja del Congreso de Brasil, Rodrigo Maia, describió los cargos contra Greenwald como «una amenaza a la libertad de prensa» y dijo que «sin periodismo libre, no hay democracia».

El cofundador del sitio The Intercept, publicó una reacción a los cargos en Twitter, describiendo las acusaciones como «un ataque a la democracia brasileña y un intento obvio de atacar a una prensa libre en represalia por las revelaciones que informamos sobre el ministro Moro y el gobierno Bolsonaro».

En un comunicado, Greenwald, quien ganó un Premio Pulitzer por informar sobre el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) revelado por Edward Snowden, dijo que ejerció extrema precaución «en sus tratos con sus fuentes y no hizo más que su trabajo como periodista. Actuar éticamente y dentro de la ley».

«No nos dejaremos intimidar por estos intentos tiránicos de silenciar a los periodistas», dijo.