Daniela, una joven mexicana que fue privada de su libertad por Keith Raniere durantedos años en una habitación, diseñó programas de espionaje para usarlos contra los «enemigos» de Nxivm, incluyendo a Édgar Bronfman, presidente del Congreso Mundial Judío, según las transcripciones del juicio que se lleva a cabo en Estados Unidos.
La joven mexicana y sus dos hermanas se vieron involucradas con la organización después de que sus padres participaron en cursos de Nxivm en México y Estados Unidos.
Durante el juicio en Nueva York, la joven declaró que aprendió a desarrollar programas de espionaje luego de una asignación de Keith Raniere, quien quería obtener la contraseña de una cuenta de correo supuestamente utilizada por Kristin Snyder para difundir información sobre la secta.
Dijo que el plan original era pagar 24 mil dólares a un hacker por obtener la contraseña, pero debido a una falla en la operación, la mexicana aprendió a trabajar con software libre para crear virus capaces de almacenar todo lo que se almacena en una computadora, comúnmente denominados como Keyloggers.
Una de sus primeras asignaciones fue infectar a Joe O´Hara, una persona que participó en diversos procesos legales relacionados con la secta. El intento de infección vía correo electrónico falló, por lo que Keith Raniere ideó un plan para intervenir la computadora de uno de sus asistentes, James Loperfido.
Al obtener las contraseñas de la víctima, Daniela se dedicó a monitorear sus mensajes por varios años, mismos que copiaba y enseñaba a Raniere.
Édgar Bronfman, quien falleció en 2013, era el principal accionista de la empresa dueña de marcas de whisky y vodka que se distribuyen en todo el mundo, en 2003, declaró a Forbes que Nxivm era un «culto».
Dos hijas de Bronfman, Sara y Clare, fueron reclutadas por Keith Raniere mediante cursos de Nxivm y luego hicieron inversiones y tomaron posiciones directivas en la organización durante su proceso de internacionalización.
La declaración a Forbes puso a Édgar en la mira de Raniere y de su propia hija Clare, quien le envió una imagen infectada con el virus que Daniela diseñó.
El ataque fue efectivo y Daniela tuvo acceso a una cuenta de correo electrónico que monitoreó por varios meses, pasando reportes escritos a Raniere.
Con este acto de espionaje, Daniela se dio cuenta de que el objetivo era el directivo del Congreso Mundial Judío, del cual ya tenía una gran cantidad de correos electrónicos.
Uno de sus últimos objetivos fue obtener las contraseñas de su propia hermana, Mariana, ya que Keith tenía la sospecha de que intentaba volver con un ex novio. En este caso, logró acceder rápidamente a los datos de correo y Facebook, pero se negó a monitorear sus mensajes por tratarse de la privacidad de su hermana.
En las audiencias de esta semana, Daniela afirmó que ella y sus dos hermanas (Camila y Mariana), mantuvieron relaciones sexuales varias veces con Raniere y tuvieron que abortar cuando quedaron embarazadas.
Daniela se embarazó cuando tenía 20 o 21 años de edad, y fue llevada a una clínica abortista por ordenes de Raniere, quien solicitó a Pam Cafritz, otra integrante del culto, que la llevara a dicha clínica y que también era esclava sexual de Raniere.
Finalmente, la relación entre Daniela y Raniere se rompió estrepitosamente cuando la joven mexicana mostró un interés romántico por otro hombre.
En el mismo culto, conoció a un joven llamado Ben Myers, con quien coincidió en un club para ver Star Trek y tuvieron oportunidad de besarse.
Daniela contó todos los detalles a Raniere, quien enfureció y le reclamó violaciones «éticas» a su relación, además de destruir todos los avances del programa Nxivm y seguir de forma irracional a su orgullo.
Debido a esto, Raniere ordenó mantener a Daniela retenida dentro de una habitación como forma de castigo y rehabilitación, pero en condiciones muy precarias, ya que al final solo tenía un lugar para dormir, papel y lápiz para escribir.
En ese tiempo, Raniere la sometió a interrogatorios por escrito sobre su sexualidad y le solicitaba imágenes desnuda, además de monitorear su peso y dieta constantemente.
Daniela estuvo retenida en la habitación bajo la amenaza de ser deportada a México, ya que no tenía papeles para quedarse legalmente.
Después de 2 años, la joven decidió regresar a México, por lo que su padre la llevó a la frontera con México y la abandonó sin dinero.
