El presidente Donald Trump declaró una emergencia nacional para «lidiar con la amenaza que representa la adquisición o el uso sin restricciones en los Estados Unidos de la tecnología de la información y las comunicaciones… proporcionada por personas de propiedad, controladas o sujetas a la jurisdicción o dirección de adversarios extranjeros».
Los informes acerca de que el Presidente firmaría la orden ejecutiva estaban circulando la noche anterior y, según se informó, está claro que China es el principal objetivo de las preocupaciones de Estados Unidos, incluso cuando las dos naciones siguen escalando su guerra comercial.
Aunque Estados Unidos ya ha restringido a los contratistas gubernamentales y las agencias federales el uso de la tecnología suministrada por Huawei o sus subsidiarias, esta nueva orden ejecutiva otorga al secretario de comercio, Wilbur Ross y a otras agencias federales, amplios poderes de supervisión y aprobación sobre las transacciones de empresas privadas.
El presidente había considerado utilizar la ley de poderes económicos de emergencia internacional de 1977, que le otorga amplios poderes para regular el comercio durante una emergencia nacional, desde el menos en mayo pasado, cuando The Wall Street Journal informó por primera vez sobre el potencial de acción ejecutiva.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos emitió una serie de acusaciones sin precedentes contra piratas informáticos chinos desde el pasado mes de septiembre, además de dirigirse específicamente a empresas como ZTE y Huawei, a las que Estados Unidos también acusó de espionaje para el gobierno chino.
Catherine Shu escribió:
«El comité de la cámara primero calificó a Guawei y ZTE como amenazas a la seguridad nacional en 2012, acusaciones que han negado en repetidas ocasiones. A las agencias gubernamentales y contratistas de Estados Unidos se les prohibió el uso de equipos Huawei desde el año pasado.
Huawei ha sido sometido a un escrutinio aún mayor durante la guerra comercial, y los funcionarios chinos acusaron a Estados Unidos de utilizar a Huawei como un chip de negociación. El director financiero Meng Wanzhou, hija del fundador y CEO de Huawei, Ren Zhengfei, fue arrestada el año pasado en Canadá a instancias del gobierno de Estados Unidos, y enfrenta hasta 30 años de prisión por acusaciones de fraude. Los fiscales federales de Estados Unidos también acusaron a Huawei de robar secretos comerciales de T-Mobile».
El secretario de comercio tiene 150 días para establecer un régimen de cumplimiento y nombrar las tecnologías o compañías que podrían ser excluidas de Estados Unidos bajo la orden ejecutiva.
Los designados republicanos en la Comisión Federal de Comunicaciones aplaudieron la medida. «La decisión del presidente Trump envía un mensaje claro de que Estados Unidos hará lo necesario para proteger nuestras redes de comunicaciones», escribió Brendan Carr, comisionado de la FCC.
«La orden ejecutiva ayudará a garantizar que nuestros adversarios extranjeros no comprometan la seguridad de nuestras redes ni socavan nuestros valores fundamentales, incluida nuestra libertad de vigilancia ilegal y el respeto a la propiedad intelectual», agregó.
Mientras tanto, es probable que las comunidades rurales cuyos operadores de cable dependen del equipo chino de bajo costo para construir y mantener redes de Internet de alta velocidad, sean las más afectadas por la decisión de prohibir productos extranjeros de las redes de telecomunicaciones.
Respondiendo a una propuesta de la FCC que prohibiría los subsidios a los operadores que usan equipos de Huawei, un grupo de asociaciones de telecomunicaciones dijo que los operadores «tendrían que gastar millones de dólares, y en algunos casos, más de 100 millones, solo en los costos inmediatos de la extracción, subir y reemplazar equipos».
Esas asociaciones, entre ellas la Competitive Carriers Association, la asociación de banda ancha rural NTCA, la Computer & Communications Industry Association y la Asociación de Proveedores de Banda Ancha ITTA, agregaron que «las compañías que eligieron la opción más rentable disponible para ellos en el momento de la compra se verá obligada a reconstruir sus redes a un costo sustancialmente mayor que el que gastaron para construir las redes en primer lugar».
