La quinta generación de redes de telefonía móvil 5G, promete ofrecer velocidades de acceso móvil que se asemejan a las de fibra óptica, así como latencias tan bajas en las señales que abrirán nuevas oportunidades en áreas como Internet de las Cosas, vehículos inteligentes o fabricación autónoma.
Sin embargo, un detalle podría causar innumerables problemas, ya que como la tecnología está diseñada actualmente, arruinaría los pronósticos meteorológicos, restándoles un 30% de fiabilidad. Esto significa que nuestra capacidad para predecir tormentas o vigilar la trayectoria de los huracanes sería similar a la que se tenía en 1980.
Esto se debe a las frecuencias que se asignaron al despliegue de dicha tecnología. Aunque 5G engloba capacidades de emisión en distintas frecuencias, una de las más importantes es la que se sitúa en torno a los 24 GHz, que es la que permite transmitir información a mayor velocidad, aunque lo haga con un alcance menor y con mejor eficacia ante obstáculos.
Actualmente es posible detectar el vapor del agua en la atmósfera por medio de la radiación que emite utilizando una frecuencia muy parecida, 23.8 GHz, método que ha sido utilizado por meteorólogos por muchos años para saber cómo se mueven las nubes con un alto grado de precisión. Los satélites meteorológicos monitorizan estas frecuencias para obtener las imágenes que vemos en los mapas del tiempo.
Con la llegada de las antenas de la red 5G, los meteorólogos creen que los satélites sean incapaces de distinguir de forma clara la presencia de vapor de agua. Esta mala noticia ha llegado a Estados Unidos, donde el gobierno está subastando tramos de frecuencias muy cercanos a los 23.8 GHz, pero los meteorólogos coinciden en afirmar que se trata de un problema global, porque perder información en la región de Estados Unidos afectaría también a los modelos del resto del mundo.
Algunas organizaciones como la NASA y la Organización Mundial de Meteorología, están pidiendo una reducción de la potencia de emisión en estas frecuencias, o una redistribución del espectro para evitar problemas, pero se trata de algo muy difícil. Reducir la potencia de emisión, obligaría a instalar más antenas para cubrir áreas densamente pobladas.
Las autoridades meteorológicas de Estados Unidos esperan poder llegar a un acuerdo, aunque piden que se detenga el despliegue de 5G en esas frecuencias hasta que se evalúe correctamente el impacto.
«Soy optimista y creo que vamos a llegar a una solución elegante», dijo Neil Jacobs, responsable interino de la Administración Oceánica y Atmosférica norteamericana.