“Por fin Apple ha dado a China prioridad en la venta de sus productos. Aunque solo sea porque la Tierra es redonda y el sol sale en Oriente”. Una fan incondicional de la empresa de Cupertino, Mu Xijie fue de las que esperaron con la nariz pegada a la pantalla del ordenador a que se abriese el plazo para reservar en la web el nuevo iPhone, y esta mañana -festivo en China- ha madrugado en Shanghái para ser una de las primeras en poner su pulgar sobre el nuevo sensor dactilar del iPhone 5S. Como muchos otros, ha desembolsado 6.088 yuanes (760 euros) por la versión de 32 GB y ha optado por el color dorado. Según la empleada de Apple que ha ayudado a Mu a configurar su terminal, ese color está siendo, con mucha diferencia, el más demandado por los usuarios chinos y el primero que se ha agotado en la web.
Prueba de ello es que hoy el dorado cuesta en los comercios online de reventa unos 70 euros más que los otros dos colores. “Me parece que no es un tono exagerado, sino bastante elegante”, explica Mu, que sustituye su iPhone 4. “Del sistema son muy interesantes la nueva medida de seguridad de la huella dactilar y las opciones que se abren con la arquitectura de 64 bits”, expone. “Además, el iOS 7 creo que tiene una apariencia limpia y unos colores agradables”. Los compradores que probaban alrededor de Mu sus nuevos aparatos mostraban su satisfacción con comentarios similares.
No obstante, en el extremo opuesto está el iPhone 5C. En la hora y media que EL PAÍS ha pasado en el mayor establecimiento que Apple tiene en Shanghái, el de la calle Nanjing Dong, ha sido imposible encontrar un solo cliente de la versión más barata del teléfono. Los dependientes aseguran que ha habido varios en las primeras horas, pero un empleado reconoce, bajo condición de anonimato, que por cada versión C vendida se colocan unas 30 unidades del S. Y no esconde su sorpresa por la pequeña diferencia de precio entre ambos modelos: 800 yuanes (100 euros).
Por cada versión C vendida se colocan unas 30 unidades del iPhone 5S
“¿Quién lo va a comprar si el C es solo un iPhone 5 camuflado con una carcasa de plástico?”, se pregunta Zhao Xinmin, que prueba su teoría haciendo una comparación entre su iPhone 5, lanzado el año pasado, y el 5C. “Además, ahora se puede conseguir el iPhone 5 incluso más barato que el 5C. Es una estupidez comprar el de plástico”. No obstante, a su lado, una adolescente de 16 años apellidada Liu, sí que se veía atraída por los colores “menos serios” del terminal más económico. “El problema es que hay marcas chinas con productos similares mucho más baratos. Y no me puedo permitir pagar 4.488 yuanes (560 euros) por este”.
Nada mejor para probar el fracaso del 5C que el nulo interés que ha suscitado entre los huangniu, personas que pululan hoy por el establecimiento de Apple tratando de comprar los terminales de quienes ya los han conseguido -sólo se venden a quienes tienen uno de los códigos-. “Ofrezco 400 yuanes (50 euros) más de su precio oficial por el teléfono en la versión dorada, y 300 yuanes (37 euros) por el resto”, reconoce entre susurros uno de ellos. Luego tratará de venderlos a quienes no quieren esperar para hacerse con el terminal y obtener un beneficio de 200 yuanes (24 euros) con la transacción. “En esta ocasión, como el iPhone ha salido en China a la vez que en el resto del mundo, el negocio no va bien. El C no lo quiere nadie, y solo sacamos tajada con el S dorado”.
No en vano, antes los aparatos llegaban a la china continental meses después de su lanzamiento en el resto del planeta, lo cual creaba un lucrativo mercado negro en el que los huangniu se encargaban de adquirir los teléfonos en Estados Unidos o Hong Kong y revenderlos por Internet en China. “Todavía habrá un poco de margen, porque hay países en los que son más baratos, pero la gente prefiere comprar los originales”.
Los huangniu se encargaban de adquirir los teléfonos en Estados Unidos o Hong Kong y revenderlos por Internet en China
En Taobao.com, el principal portal de comercio online, el iPhone 5S importado del otro lado del Pacífico es hoy 1.000 yuanes (120 euros) más barato que el chino en la versión de 64 GB. Este periódico ha tratado de conseguir las cifras oficiales de reservas (las del S están agotadas), pero ha sido imposible contactar con la empresa a través del teléfono proporcionado en su establecimiento y que, según la telefónica china, no existe.
Fuente: Elpais