PaPeRo es pequeño y se asemeja a una encantadora aspiradora infantil, pero imita de manera fantástica el andar de una locomotora: primero un silbato suave, después el movimiento de tracción de un vagón invisible; adquiere velocidad, silba con más potencia, viaja a todo “vapor”… y, finalmente, relaja sus “músculos” de robot y se detiene.
El pequeño también sabe cantar (una canción popular japonesa, quizá) y baila con su propia música de acompañamiento. También sabe imitar el despegue y desenlace de un cohete; sabe el arduo performance de ser un microondas e incluso sabe catar vinos…
Además da consejos si se lo pides en un aceptable japonés, aunque en su visita a México atinó en decir un “échale ganitas”. Después de la recomendación, usted respondería con un “arigato” (gracias, en español) y el robot contestaría con un “no hay de queso, nomás de papa”.
Este robóticamente gracioso y divertido infante también puede leer sus correos mientras usted se ocupa de otras labores; puede medir el azúcar en su taza de café, sabe juegos e incluso puede ayudarle a sus hijos las tareas. Se prevé que en un modelo posterior cuente con un sistema holográfico como el de R2-D2 de Star Wars, con quien guarda semejanzas de diseño.
El pequeño robot, la quinta generación desarrollada por la empresa japonesa NEC, fue pensado para relacionarse y entretener a niños y adultos mayores, aunque es una pieza tecnológica inherentemente educativa.
El Partner-type Personal Robot (PaPeRo) tiene reconocimiento de voz e identifica cerca de 650 comandos; procesa información y tiene un avanzado sistema de reconocimiento facial (NEOFACE), uno importante desarrollo de la compañía generado para otras aplicaciones.
La simpática pieza de robótica fue presentada en el IPN en el marco del 20 aniversario de su Escuela Superior de Cómputo (ESCOM), en la UPDCE de Zacatenco, donde realizó una de sus últimas demostraciones en México antes de regresar a casa.
MERCADO. NEC cree que en el futuro este tipo de robots de servicio formarán parte importante de nuestros hogares y nuestras vidas. Porque ahora, desafortunadamente, aún no es posible comprarse un PaPeRo como éste. Incluso, de estar disponible, costaría entre 10 y 50 mil dólares.
El ministerio de economía e industria japonesa, junto con otros indicadores financieros, estiman que en 2020 los robots como éste representarán un mercado de 30 millones de dólares, que en 2035 se incrementará a 100 mil millones de dólares. La empresa japonesa se prepara para ello y realiza una campaña permanente de socialización de este tipo de tecnología.
Llevar el robot al IPN fue una oportunidad para que los estudiantes de la ESCOM tuvieran un acercamiento con la robótica del futuro. “Es tecnología que incorporamos en nuestras aulas: telecomunicaciones, reconocimiento de patrones e inteligencia artificial, entre otras —apuntó Apolinar Cruz, director de la ESCOM—,
y es una oportunidad para motivar a profesores, investigadores y alumnos a desarrollar este tipo de tecnología. La visita de PaPeRo fue para que conozcan cuál es el avance de la robótica a nivel mundial”.
Fuente: Crónica